lunes, 15 de febrero de 2010

La lengua Qom


Es sabido desde hace tiempo el interés de la Cooperativa Trabajo Aborigen Na’añaGak (Biblioteca Qomlaqtaq de Rosario) de realizar un congreso de lengua qom que le otorgue a los paisanos la posibilidad de discutir variantes dialectales, prácticas lingüísticas que permitan establecer estandarizaciones ortográficas en torno a la lengua. Los casos de encuentros lingüísticos en bibliotecas o universidades tuvieron, en la mayoría de los casos, a los indígenas sentados en las butacas. Si bien no deja de ser valioso el aporte por parte de investigadores sería interesante que los lingüistas les otorguen un espacio más significativo, de verdadera participación y expresión.

En el último encuentro de la lengua Qom realizado en la Biblioteca Nacional resultó muy aplaudida una intervención de un chaqueño, pidiéndoles a los lingüistas que estaban exponiendo, que dejaran de dirigirse a ellos como “tobas” y como “tribus”, que eso había quedado en desuso hace años. Parece que hiciera falta aclarar que “toba”, término impuesto por los españoles, significa “frentón”, y que acercarse a estas personas como unidades de análisis extiende aún más la brecha social que los termina relegando a los lugares más marginales.
Ciertamente muchos hombres y mujeres, arraigados a la cultura qom (tal el caso de Gabina Ocampo, perteneciente al linaje Qollaĝa y Sheu’ del Pueblo Qom), han podido expresarse y elevar una voz en encuentros compartidos con profesionales de distintas disciplinas, mismo en el encuentro de la Biblioteca Nacional los organizadores han tenido la virtud de cederle un espacio a Gabina para contar su propia historia y su defensa de la lengua originaria.

Existen preocupaciones por parte de los ancianos en el tratamiento de cuestiones lingüísticas, ya que la unificación de criterios permitiría la publicación de textos sobre la cultura Qom que puedan ser comprendidos por los diferentes grupos que han migrado del Chaco y que conservan modos de expresión que difieren con sus regionalismos y adaptaciones.
Un libro que suscita controversias en cuanto a la gramática es la traducción toba de la Biblia [Dios nvita na shiyaxauapi. Nuevo testamento en toba. Sociedad Bíblica Argentina: Corea del Norte, 2004] donde la utilización de la letra D resulta para los Qom una imposición de lingüistas ajenos a los conocimientos de la comunidad, mientras que la letra R, en algunas palabras, representa el idioma puro (no considerado en el texto). También ocurre esta dicotomía con la utilización de la letra G en vez de la X.
A modo de ejemplo que permita ilustrar esta controversia, fue posible constatar terminologías que para las distintas comunidades qom significan lo mismo pero que se escriben en forma diferente, según la provincia en la que están ubicados:
Escribir “lindo” según los Qom de Chaco sería ONAXAIC, en cambio los que migraron de Chaco a Rosario lo escriben ONAGAYC (la letra G con apóstrofe), mientras que las 40 familias tobas que llegaron a la Localidad de Derqui (Buenos Aires) pertenecientes al Centro Comunitario Daviaxaiqui, el mismo término se escribe ONARAIC. Conflictos de un idioma que se encuentra en fase de discusión entre organismos, asociaciones y comunidades que no tienen oportunidades de unificar criterios en algún encuentro regional o provincial.
En la cooperativa no solamente se discute el uso apropiado de algunas letras, en algunos casos incluso los apóstrofes ubicados sobre ciertas consonantes (que modifican la pronunciación y con ello su significado), son motivos de controversia.

Por tal motivo inquietudes como las que se plantearon en la Biblioteca Qomlaqtaq requieren de escenarios urgentes y participaciones más directas. Una verdadera mesa redonda que vea ocupar en sus sillas a los paisanos que, por ascendencia y representatividad, se ganaron con respeto un lugar en cada comunidad. Principalmente este planteo es por los chicos, punto de reflexión de los ancianos chaqueños y rosarinos, que ven perder la lengua y no tienen elementos para practicarla.

No se trata de que solamente los adolescentes puedan escuchar los antiguos relatos o las historias de vida, como viene ocurriendo en Derqui, eso solo no alcanza, y el taller de lengua qom que desde hace un tiempo viene realizando Ana Medrano no es suficiente, si el escenario no se extiende hacia el terreno de la escuela pública, lo realizado en la biblioteca será una especie de bastión donde resguardarse del olvido, pero inevitablemente no podrá otorgar herramientas genuinas más allá de su círculo de acción.
La lengua debe practicarse pero no solo puertas adentro. Probablemente, cuando algún día se pueda realizar ese ansiado congreso, se empiecen a discutir variantes lingüísticas entre las comunidades, que eviten usos inapropiados en los pocos cursos de lengua “toba” que existen en el país.

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