lunes, 22 de noviembre de 2010

Coloquio latinoamericano sobre servicios bibliotecarios en comunidades indígenas: conclusiones del encuentro.



Se difunde la presentación de Ana María Llamazares, Directora de la Fundación desde América en el Coloquio latinoamericano sobre servicios bibliotecarios en comunidades indígenas, realizado el 8 de noviembre en Río de Janeiro, y que incluyó presentaciones de Cecilia Leite, Mónica Zidarich, José de Lima Kaxinawa Yube y José Bessa Freire entre otros.
El encuentro, bajo la coordinación de María Elvira Charrúa, ha permitido el acceso a un intercambio de reflexiones sobre servicios bibliotecarios en contextos multiétnicos, prácticas que los asistentes han compartido desde un proceso de convergencias.

Cada tanto, la bibliotecología indígena presenta ciertos espacios donde se exponen avances en relación a experiencias concretas. En este caso los asistentes, provenientes de diferentes disciplinas, han focalizado en las problemáticas lingüísticas, entablando algunos intercambios de opinión.

En su trabajo titulado Um centro do saber para uma sociedade indígena contemporânea, Cecilia Leite ha reflexionado en torno al respeto hacia diferentes formas de conocimiento, remarcando la importancia de la utilización de tecnologías que permitan generar puentes entre diferentes culturas.
Estas ideas sobrevolaron el encuentro, ya que más allá de cuestiones técnicas, se reflexionó sobre la biblioteca como centro de información que incluye en su tratamiento la cuestión lingüística, en especial bilingüe.

Por su parte la colombiana Vilma Gómez acercó a la mesa buena parte de la sabiduría huitoto, recordando aquellos lugares donde los ancianos se sientan para impartir el conocimiento, incluyendo como experiencia la importancia de las malocas, casas comunitarias donde discurre aquello que se aprende y aquello que se enseña.
Un decir huitoto, citado por la autora, asevera que los seres humanos somos como un canasto vacío, y que llegado el momento del adiós físico, es preciso llenar el canasto a lo largo de una vida para luego vaciarlo en otra persona, para así darle al otro todo el conocimiento. Esta filosofía tiene sentido para recordarnos que a esta vida venimos a aprender, que estamos sentados compartiendo diversos conocimientos, y para lo cual es necesario tomar el compromiso de sensibilizar al resto de la población.
Su participación abordó la particularidad de la lengua indígena que no encuentra representación en la escuela como así tampoco en cuestiones jurídicas, donde es frecuente advertir los derechos avasallados, algo que por cierto ocurre en buena parte de América Latina.

En su “Proyecto bibliotecas en comunidades indígenas”, Mónica Zidarich mencionó las apropiaciones tecnológicas por parte de los indígenas (según la autora la gran mayoría de los wichis que ha conocido poseen telefonía celular, destacándose entre sus prácticas la emisión de mensajes de texto en lengua materna).
Asimismo mencionó los aportes académicos (especialmente de lingüistas), cuyas contribuciones no se difunden en las comunidades investigadas, cerrando de este modo las puertas hacia aquellos que probablemente sientan interés por la interpretación académica vertida en los diferentes trabajos de campo. Se desconoce el proyecto en cuestión como así también la literatura consultada en torno a la experiencia.

Por último, José Bessa Freire reflexionó en torno a la cuestión lingüística de los pueblos originarios de Brasil, recordando el relato sobre Doña Fiota, aquella sabia mujer, docente, analfabeta, que al presentarse luego de un mes de trabajo como docente para retirar su remuneración, fue interpelada por las autoridades bajo el criterio de que un docente que no sabía leer no podía cobrar por su trabajo, fue allí que Doña Fiota mencionó ante el hombre blanco que ella no poseía la letra, pero si la palabra.
Se desprende que un bibliotecario en una biblioteca indígena no necesita necesariamente la letra para ejercer su trabajo, necesita la palabra, la que históricamente intercambiaron los miembros de pueblos originarios sin necesidad de escrituras.
Es interesante remarcar la interdisciplinariedad coexistiendo en un espacio intercultural, bilingüe, oral. Atributos esenciales para fortalecer la cuestión identitaria y patrimonial de estos pueblos.

Ana María Llamazares expuso en el coloquio sobre la experiencia colectiva del proyecto Qomllalaqpi. Se ha tomado el criterio de facilitar su presentación oral, para que se pueda analizar libremente el alcance de la propuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario